Katia D´Artigues
20-julio-2009
Carlos Ríos Espinosa ha sido en múltiples veces discriminado en aeropuertos y aerolíneas mexicanas. Tantas que quizá no llevaría la cuenta si no fuera porque está dispuesto a quejarse, a levantar la voz una y otra vez, a luchar porque no vuelva a pasar. Estoy segura, además de que no es el único: deben haber, por lo menos decenas o cientos de personas con discapacidad que han pasado por lo mismo que él.
De eso se trata del blog de hoy. Como en otras ocasiones, les propongo que no nos quedemos sólo en la queja, sino que hagamos algo. Les propongo iniciar con un movimiento ciudadano –que seguiremos algunos medios, o eso espero—para lograr que esto acabe de una vez. Que la secretaría de Comunicaciones y Transportes y las aerolíneas tomen, como deben, cartas en el asunto y den garantías de no repetición (si se quieren saltar los antecedentes y sólo leer las propuestas, están al final)
Primero algo de antecedentes.
La última vez que discriminaron a Ríos Espinosa , un abogado y también consejero de la Comisión de Derechos Humanos del DF, fue este pasado lunes en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México: iba a abordar un vuelo, de Mexicana de Aviación, con destino a Mexicali.
El avión estaba en una posición remota por lo que el vehículo que llevaría a los pasajeros al avión estaba en un piso inferior, al que se accedía por unas escaleras. Personal del aeropuerto dijo que lo bajaría en una silla pasillera, pero sin ¡cinturón de seguridad! Él se negó, por su seguridad. Les dijo que sabía que había un elevador que podía bajarlo; el personal le dijo que no lo harían por una persona, que no retrasarían el vuelo sólo por él.
Ríos Espinosa perdió el vuelo. Perdió su día de trabajo. Aunque luego tomó otro vuelo para llegar a Mexicali, donde aún estaba ayer que hablé con él, presentó una queja. Pide que le reparen el daño: finalmente perdió un día de trabajo. Vuelve a pedir que esto no se repita.
Les decía que es un experto en quejas en aeropuertos. Ya van muchos incidentes parecidos a lo largo de los años que, como un usuario de distintos aeropuertos, ha denunciado.
En varias ocasiones las autoridades aeroportuarias o personal de aerolíneas (Mexicana y Aeroméxico) han llamado a la policía para que lo detenga dizque por “alterar el orden” (en realidad sólo exigir sus derechos). Lo han amenazado por quejarse de boletinarlo y no dejarlo volver a viajar. Lo han dejado una hora y media en un avión porque nadie viene con una silla para ayudarlo a bajar. Él mismo ha visto cómo, por no tener sillas seguras, tiraron a una turista italiana con discapacidad que esperaba a que “le hicieran el favor” de bajarlo del avión como a él.
Un ejemplo clarísimo es la queja presentada por un evento el 10 de febrero de 2007, donde hasta la PFP lo detuvo como cuatro horas. Casi un año después, en 2008, la CNDH emitió una recomendación sobre su caso dirigida tanto al entonces secretario de Seguridad Publica, Genaro García Luna, como al de Comunicaciones y Transportes, entonces Luis Téllez, para tomar medidas para que no volviera a suceder….
Una de las recomendaciones especificas fue que se tiene que aplicar el “Manual de Aplicación de los Lineamientos para la Accesibilidad de las Personas con Discapacidad a Infraestructuras Aeroportuarias” y que también se debe capacitar al personal de la Dirección General de Aeronáutica Civil en materia de observancia y respeto a derechos humanos.
Lamentablemente, no ha sido así. Es obvio. A todo esto, fue en diciembre de 2004, como consta en este boletín de la misma SCT , cuando la Secretaría se comprometió junto con los representantes apoderados de las Líneas Aéreas Nacionales, las Administraciones de los Grupos Aeroportuarios Concesionados y por autoridades de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) a dar cumplimiento al Manual. Ante Vicente Fox, entonces Presidente, lo calificaban como un gran “logro”. Ejemplo a “nivel mundial”.
Volvamos a Carlos Ríos. También se ha resistido a firmar cartas responsivas que a veces le exige la aerolínea en cuestión –como en otro caso Aeroméxico—para dejarlo viajar y liberar a la empresa de cualquier responsabilidad transportar a alguien “en el estado físico” que se encuentra. De hecho la última vez que lo hizo, en enero de 2008, se quejó (http://www.cdhdf.org.mx/index.php?id=bol1008 ) y Aeroméxico le dio la razón: lo indemnizó con dos boletos a Europa.
Aún así, le han vuelto a pedir –en un vuelo de Aeroméxico—que firme la dichosa cartita. Les contestó que si lo obligaban, él encantado porque ahora tenía ganas de conocer Londres.
La clave de Carlos es que ha insistido en su queja y ayudado a otras personas con discapacidad, como su abogado, a que se quejen. Tal es el caso de Martín Reyes y Odilia Luis Vázquez, dos jóvenes independientes pero con discapacidad, de la organización Piña Palmera en Oaxaca a quienes bajaron de un avión de Click Mexicana en septiembre de 2008 con destino a Puerto Escondido bajo el argumento de que no podían viajar solos, que tenían que hacerlo acompañados de un “adulto”. Como si ellos no fueran adultos, personas con discapacidad independientes que se mueven en transportes de su comunidad solos. Se presentó una queja en Conapred , pero esa instancia no ha dado resultados (para variar).
También hay otros ejemplos de discriminación. Al menos uno que está bien documentado y que tiene un final muy feliz y que les quiero poner de ejemplo de lo que juntos podemos hacer, de lo que les invito a que me ayuden a provocar.
Alejandro Anguiano es también un abogado mexicano y una persona con discapacidad visual. En noviembre de 2007 decidió viajar a Venezuela en un viaje de placer. Preparó su viaje, planeo todo y compró sus boletos de avión. Avisó a Avianca, la compañía con la que decidió viajar como cliente de su discapacidad…. Todo parecía estar bien.
Pero a la hora de volar no lo dejaron hacerlo solo, también en el aeropuerto de la ciudad de México. Le dieron un argumento que seguramente aerolíneas de países que aún no desarrollan la cultura de la no-discriminación y respeto a los derechos humanos dan a los pasajeros: cuestiones de seguridad.
Anguiano se quejó. Litigó su queja. Finalmente, ganó: el mismo Presidente de Avianca, una línea aérea colombiana, le ofreció una disculpa. Le repondrán su viaje, aunque todavía no lo ha usado.
El seguimiento de este caso, denunciado en un reportaje llamado “La discriminación vuela por Avianca”, que pueden leer aquí y escuchar aquí , fue hecho por Priscila Hernández Flores y Jade Ramirez Cuevas. Acaba de ganar el Premio Internacional de Periodismo Rey de España hace unos meses. Es un trabajo maravilloso.
Pero lo que logró este abogado mexicano con discapacidad me parece que es algo a lo que le tenemos que tirar en México, pero con las aerolíneas mexicanas y las autoridades aeroportuarias que dependen de la secretaría de Comunicaciones y Transportes. Por lo menos él logró que Avianca se comprometiera a capacitar a todo su personal –de aire y de tierra—para atender como se debe a las personas con discapacidad. Elaboraron un manual junto con organizaciones de la sociedad civil que trabajan con PcD’s.
Porque además, lo que pedimos es Ley ya, el artículo 36 del capitulo V de la Ley de Aeropuertos Vigente dice:
“La Secretaría, mediante disposiciones de carácter general, establecerá las condiciones de construcción y conservación de los aeródromos civiles.
Los concesionarios y permisionarios de aeródromos civiles deberán adoptar las medidas necesarias que permitan atender de manera adecuada a las personas con discapacidad, así como a las de edad avanzada”.
También forma parte de la Convención de los derechos humanos de las personas con discapacidad que México ratificó y que es ley por sobre todas menos la Constitución. El Estado está obligado a ello, no es un favor, no es una concesión.
Lo que depende de el Estado –que son los aeropuertos—pero también, como dice el texto de la Convención: “Asegurar que entidades privadas que proporcionan instalaciones y servicios abiertos al público o de uso público tengan en cuenta todos los aspectos de su accesibilidad para las personas con discapacidad”.
O en el artículo 4 de Obligaciones Generales:
“1. Los Estados Partes se comprometen a asegurar y promover el pleno ejercicio de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con discapacidad sin discriminación alguna por motivos de discapacidad. A tal fin, los Estados Partes se comprometen a:
e) Tomar todas las medidas pertinentes para que ninguna persona, organización o empresa privada discrimine por motivos de discapacidad;”
El artículo 2 habla de discriminación y la necesidad de lo que llama “ajustes razonables”, como lo que pedimos en el caso de los aeropuertos. El 9 de accesibilidad.
Ejemplos internacionales hay muchos. En Canadá, si quieren que una PcD viaje acompañada, la aerolínea tiene que pagar el boleto en vuelos en el territorio nacional. En el 2007, la Unión Europea publicó su reglamento de transporte aereo para personas con discapacidad donde expresamente se prohíbe a las líneas aéreas discriminarlos. Bueno, hasta la ley de Venezuela para personas con discapacidad está más avanzada. Ya no se diga el Real Decreto Español al respecto.
Y peor: sospecho que en esos países se cumple. Un caso como el de Carlos Ríos hubiera sido escándalo a nivel nacional la primera vez.
Ahora mal, ¿qué hacemos?
Sugiero varias cosas:
1) Si ustedes han sido discriminados por tener una discapacidad en una aerolínea mexicana están invitados a ir mañana, sábado 18 de julio a las 11 de la mañana al mostrador de Mexicana de Requerimientos Especiales en la Terminal 1. Ahí estará Carlos Ríos y otras personas con discapacidad presentando una queja. Lo cubrirá la reportera estrella de PcD- El Universal: Cristina Pérez Stadelmann.
2) Contribuyan a documentar otros casos en los que se ha discriminado a personas con discapacidad en aeropuertos y líneas aéreas. Esto incluye:
--Que no haya rampas, señalización en braille, intérpretes de LSM en aeropuertos de toda la República. Eso es discriminación estructural.
--Que les hayan pedido firmar una carta responsiva.
--Que no los hayan dejado subir a un avión para viajar solos.
--Que no los hayan bajado inmediatamente del avión al aterrizar.
Si conocen de un caso o fueron víctimas de uno por favor escriban el incidente con algo de detalle, con su nombre completo y teléfono donde pueden ser localizados, correo electrónico para el caso de personas sordas o algún otro medio de contacto. Es muy importante que lo manden a este correo: elmundod@gmail.com
La idea es recibir muchas quejas y sistematizarlas. Luego levantar una queja y una demanda documentada y exigir que:
--Las condiciones de accesibilidad estipuladas en la Ley de Aeropuertos y en la Convención de los Derechos de las PcD se cumplan en TODOS los aeropuertos de México.
Para ello pediré, con el apoyo de organizaciones que trabajan con y para personas con discapacidad en México, que la Dirección General de Aeronáutica Civil nos proporcione, a la brevedad, un diagnóstico de los aeropuertos de México con respecto a si cumplen o no con cada una de las necesidades que las personas con discapacidad tienen (de todas las discapacidades).
Esas organizaciones me ayudarán a hacer la lista de las necesidades; que la DGAC nos dé el diagnóstico.
-- Que las líneas aéreas de México se capaciten en la adecuada atención a sus CLIENTES con discapacidad, lo que incluye que sean los primeros en subir al avión y los primeros en bajar. Que se comprometan a pagar el boleto de un acompañante si es que insisten que una persona con una discapacidad, por cualquier razón, no puede viajar sola.
--Que se revise el “Manual de Aplicación de los Lineamientos para la Accesibilidad de las Personas con Discapacidad a Infraestructuras Aeroportuarias” con la contribución de las mismas personas con discapacidad y sus necesidades.
En resumen que esto no vuelva a pasar. Que no dejemos todos que vuelva a pasar.
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