miércoles, 8 de julio de 2009

Hay una mafia que crea enfermedades y mata: Ghislaine Lanctot (II Parte)

Laura Jiménez Muño


La mafia médica

–¿Quiénes integran, a su juicio, la mafia médica?

–A diferentes escalas y con distintas implicaciones, por supuesto, la industria farmacéutica, las autoridades políticas, los grandes laboratorios, los hospitales, las compañías aseguradoras, las agencias del medicamento, los colegios de médicos, los propios médicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) –el Ministerio de Sanidad de la ONU– y, por supuesto, el gobierno mundial en la sombra del dinero.


–Para usted la Organización Mundial de la Salud es la mafia de las mafias...

–Así es. Esa organización está completamente controlada por el dinero. La OMS es la organización que establece, en nombre de la salud, la política de enfermedad, que significa derecho a la medicación. Así es como se han impuesto las vacunas y los medicamentos a toda la población del globo. Una labor que no se cuestiona, porque, ¿quién va a osar dudar de las buenas intenciones de la Organización Mundial de la Salud? "Sin embargo, hay que preguntarse quién controla a su vez esa organización de la ONU: el poder económico".

–¿Cree que ni siquiera las organizaciones humanitarias escapan a ese control?

–Por supuesto que no. Las organizaciones humanitarias también dependen de la ONU, es decir, del dinero de las subvenciones. Y, por tanto, sus actividades están igualmente controladas. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras creen que sirven altruistamente a la gente pero en realidad sirven al dinero.

–Una mafia sumamente poderosa...

–Omnipotente, diría yo. Ha eliminado toda competencia. Hoy día a los investigadores se les orienta'. Los disidentes son encarcelados, maniatados y reducidos al silencio. A los médicos alternativos se les tilda de locos, se les retira la licencia o se les encarcela también. Los productos alternativos rentables han caído igualmente en manos de las multinacionales gracias a las normativas de la OMS y a las patentes de la Organización Mundial del Comercio. "Las autoridades y sus medios de comunicación social se ocupan de alimentar en la población el miedo a la enfermedad, a la vejez y a la muerte. De hecho, la obsesión por vivir más, o simplemente por sobrevivir, ha hecho prosperar incluso el tráfico internacional de órganos, sangre y embriones humanos. Y en muchas clínicas de fertilización en realidad se fabrican multitud de embriones que luego se almacenan para ser utilizados en cosmética, en tratamientos rejuvenecedores, etc. "Eso sin contar con que se irradian los alimentos, se modifican los genes, el agua está contaminada, el aire envenenado.. . Más: los niños reciben absurdamente hasta 35 vacunas antes de ir a la escuela. Y así, cada miembro de la familia tiene ya su pastillita: el padre, Viagra; la madre, Prozac; el niño, Ritalin. Y todo esto, ¿para qué? Porque el resultado es conocido: los costos sanitarios suben y suben, pero la gente sigue enfermando y muriendo igual.


Las tres mentiras

–Lo que usted explica del sistema sanitario imperante es una realidad que cada vez más gente empieza a conocer pero nos han sorprendido algunas de sus afirmaciones respecto a lo que define como "las tres grandes mentiras de las autoridades políticas y sanitarias".

–Pues lo reitero: las autoridades mienten cuando dicen que las vacunas nos protegen, mienten cuando dicen que el sida es contagioso y mienten cuando dicen que el cáncer es un misterio.

–Bien, hablemos de ello aunque ya le adelanto que no compartimos algunos de sus puntos de vista. Si le parece, podemos empezar hablando de las vacunas. A nuestro juicio, afirmar que ninguna vacuna es útil no se sostiene. Otra cosa, que sí compartimos, es que algunas son ineficaces y otras inútiles; a veces hasta peligrosas.

–Pues yo mantengo todas mis afirmaciones. La única inmunidad auténtica es la natural y ésa la desarrolla el 90% de la población antes de los 15 años. Todavía más: las vacunas artificiales cortocircuitan por completo el desarrollo de las primeras defensas del organismo. Y que las vacunas tienen riesgos es algo muy evidente; a pesar de lo cual se oculta. Por ejemplo, una vacuna puede provocar la misma enfermedad para la que se pone. ¿Por qué no se advierte? "También se oculta que la persona vacunada puede transmitir la enfermedad aunque no esté enferma. Asimismo, no se dice que la vacuna puede sensibilizar a la persona frente a la enfermedad. Aunque lo más grave es que se oculte la inutilidad constatada de ciertas vacunas".

–¿A cuáles se refiere?

–A las de enfermedades como la tuberculosis y el tétanos, vacunas que no confieren ninguna inmunidad; la rubeola, de la que el 90% de las mujeres están protegidas de modo natural; la difteria, que durante las mayores epidemias sólo alcanzaba al 7% de los niños a pesar de lo cual hoy se vacuna a todos; la gripe y la hepatitis B, cuyos virus se hacen rápidamente resistentes a los anticuerpos de las vacunas.

–¿Y hasta qué punto pueden ser también peligrosas?

–Las innumerables complicaciones que causan las vacunas –desde trastornos menores hasta la muerte– están suficientemente documentadas; por ejemplo, la muerte súbita del lactante. Por eso hay ya numerosas protestas de especialistas en la materia y son miles las demandas judiciales que se han interpuesto contra los fabricantes. Por otra parte, cuando se examinan las consecuencias de los programas de vacunaciones masivas se extraen conclusiones esclarecedoras.

–Le agradecería que mencionara algunas.

–Mire, en primer lugar las vacunas son caras y le suponen a los Estados un gasto de miles de millones de euros al año. Por tanto, el único beneficio evidente y seguro de las vacunas... es el que obtiene la industria. Además, la vacunación estimula el sistema inmune pero, repetida la vacunación, el sistema se agota. Por tanto, la vacuna repetida puede hacer, por ejemplo, estallar el 'sida silencioso' y garantizar un 'mercado de la enfermedad' perpetuamente floreciente. "Más datos: la vacunación incita a la dependencia médica y refuerza la creencia de que nuestro sistema inmune es ineficaz. Aunque lo más horrible es que la vacunación facilita los genocidios selectivos pues permite liquidar a personas de cierta raza, de cierto grupo, de cierta región... Sirve como experimentació n para probar nuevos productos sobre un amplio muestrario de la población y es un arma potentísima al servicio de la guerra biológica porque permite intervenir en el patrimonio genético hereditario de quien se quiera".

–Bueno, es evidente que hay muchas cosas de las que se puede hacer un buen o mal uso pero eso depende de la voluntad e intención de quien las utiliza. Bien, hablemos si le parece de la segunda 'gran mentira' de las autoridades: usted afirma que el Sida no es contagioso. Y perdone, pero así como el resto de sus afirmaciones en este ámbito nos han parecido razonadas y razonables, no hemos visto que argumente esa afirmación.

–Yo afirmo que la teoría de que el único causante del sida es el VIH o virus de la inmunodeficiencia adquirida es falsa. Ésa es la gran mentira. La verdad es que tener el VIH no implica necesariamente desarrollar sida. Porque el sida no es sino una etiqueta que se coloca a un estado de salud al que dan lugar numerosas patologías cuando el sistema inmune está bajo. "Y niego que tener sida equivalga a muerte segura. Pero, claro, esa verdad no interesa. Las autoridades nos imponen a la fuerza la idea de que el sida es una enfermedad causada por un solo virus a pesar de que el propio Luc Montagnier, del Instituto Pasteur, co-descubridor oficial del VIH en 1983, reconoció ya en 1990 que el VIH no es suficiente por sí solo para causar el sida. "Otra evidencia es el hecho de que hay numerosos casos de sida sin virus VIH y numerosos casos de virus VIH sin sida (seropositivos) . Por otro lado, aún no se ha conseguido demostrar que el virus VIH cause el sida, lo cual es una regla científica elemental para establecer una relación causa-efecto entre dos factores. Lo que sí se sabe, sin embargo, es que el VIH es un retrovirus inofensivo que sólo se activa cuando el sistema inmune está debilitado.

–Por cierto, usted afirma en su libro que el VIH fue creado artificialmente en un laboratorio.

–Sí. Investigaciones de eminentes médicos indican que el VIH fue creado mientras se hacían ensayos de vacunación contra la hepatitis B en grupos de homosexuales. Y todo indica que el continente africano fue contaminado del mismo modo durante campañas de vacunación contra la viruela. "Claro que otros investigadores van más lejos aún y afirman que el virus del sida fue cultivado como arma biológica y después deliberadamente propagado mediante la vacunación de grupos de población que se querían exterminar".

–También ataca duramente la utilización del AZT para tratar el sida.

–Ya en el Congreso sobre SIDA celebrado en Copenhague en mayo de 1992 los supervivientes del sida afirmaron que la solución entonces propuesta por la medicina científica para combatir el VIH, el AZT, era absolutamente ineficaz. "Hoy eso está fuera de toda duda. Pues bien, yo afirmo que se puede sobrevivir al sida... pero no al AZT. Este medicamento es más mortal que el sida. El simple sentido común permite entender que no es con fármacos inmunodepresores como se refuerza el sistema inmunitario… "Mire, el sida se ha convertido en otro gran negocio. Por tanto, se promociona ampliamente combatirlo porque ello da mucho dinero a la industria farmacéutica. Es así de simple".

–Hablemos de la tercera gran mentira de las autoridades: la de que el cáncer es un misterio.

–El llamado cáncer, es decir, la masiva proliferación anómala de células, es algo tan habitual que todos lo padecemos varias veces a lo largo de nuestra vida. Sólo que cuando eso sucede el sistema inmunitario actúa y destruye las células cancerígenas. El problema surge cuando nuestro sistema inmunitario está débil y no puede eliminarlas. Entonces el conjunto de células cancerosas acaba creciendo y formando un tumor.

–Y es en ese momento cuando se entra en el engranaje del sistema de enfermedad.

–Así es. Porque cuando se descubre un tumor se le ofrece de inmediato al paciente, con el pretexto de ayudarle, que elija entre estas tres posibilidades o formas de tortura: amputarle (cirugía), quemarle (radioterapia) o envenenarle (quimioterapia) . Ocultándosele que hay remedios alternativos eficaces, inocuos y baratos. "Y después de cuatro décadas de lucha intensiva contra el cáncer, ¿cuál es la situación en los propios países industrializados? Que la tasa de mortalidad por cáncer ha aumentado. Ese simple hecho pone en evidencia el fracaso de su prevención y de su tratamiento. Se han despilfarrado miles de millones de euros y tanto el número de enfermos como de muertos sigue creciendo. "Hoy sabemos a quién beneficia esta situación. Como sabemos quién la ha creado y quién la sostiene. En el caso de la guerra todos sabemos que ésta beneficia sobre todo a los fabricantes y traficantes de armas. Bueno, pues en medicina quienes se benefician son los fabricantes y traficantes del armamento contra el cáncer; es decir, quienes están detrás de la quimioterapia, la radioterapia, la cirugía y toda la industria hospitalaria" .


Continuará...

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