viernes, 11 de julio de 2008

Violencia e infancia con discapacidades:



Por Dick Sobsey.

Síntesis de un artículo de la publicación One in Ten. Volumen 24. 2003.

La violencia es un problema serio en toda la infancia. La guerra, el terrorismo, la violencia familiar, el abandono y desamparo, los conflictos étnicos y sectarios, el crimen organizado y muchas otras formas de violencia que pesan sobre la infancia mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que alrededor de 57 mil niños mueren anualmente a causa de homicidios y que no se informa de una cantidad importante de casos más y que en ello no se incluye las muertes por causa de guerra o violencia colectiva. Por cada niño que muere violentamente, por lo menos habría 100 que quedan heridos y que muchos de ellos resultan con discapacidades permanentes.

Aunque alguna infancia escapa los efectos directos de la violencia, todos sufren sus efectos indirectos. Los enormes costos económicos de las guerras y de otras formas de violencia divergen recursos que bien se podrían usar para mejorar las condiciones de vida y el daño a la infraestructura social puede ser aún mayor. Muchos niños quedan huérfanos o se les impone la condición de refugiados. Otros viven en hogares de padres con lesiones físicas o psicológicas como resultado de sus propias experiencias ante la violencia y cantidades incalculables de niños viven con miedo.
Aunque la violencia afecta a todos, los niños con discapacidades son los que la sufren más. Una investigación de Estados Unidos y Canadá indica que los niños con discapacidades sufren maltrato a tasas que doblan o cuadruplican las tasas que sufren otros niños. Es más, en tanto Estados Unidos y Canadá, a veces se presentan como "muertes piadosas" cuando los padres asesinan a sus hijos con discapacidades. Estudios hechos en el Reino Unido y en otros países de Europa Occidental sugieren tasas parecidas de maltrato de la infancia con discapacidades en otros países industrializados.

Tanto en países ricos como en pobres, a algunos niños con discapacidades se les ha negado las necesidades básicas vitales porque alguien juzga que no vale la pena salvarles las vidas. Las personas con discapacidades generalmente sufren crímenes por odio. En algunos casos, la intención que impulsa al crimen y hace que la persona se convierta en víctima es el carácter mismo de la discapacidad. En muchos otros, el odio se centra en el sexo de la persona, su estilo de vida, la preferencia sexual, religión, color de la piel u origen étnico, pero se dirige hacia la persona con discapacidades dado que su vulnerabilidad es mayor que en otros.

En algunos países, a la infancia con discapacidades se le fuerza a convertirse en mendigos o se les vende para que se les pueda exportar como tales a países más ricos. En otros casos, a los niños con discapacidades menores generalmente se les fuerza a la prostitución infantil y a otras actividades criminales. Por ejemplo, en Taiwán, un estudio concluyó que la proporción de infancia dedicada a la prostitución tiene discapacidades de desarrollo bajas es seis veces más que lo que se puede esperar de la incidencia en la población general. En mayo de 2003, la violación en grupo de "una niña de 14 años con discapacidades mentales" en Nueva Delhi (Shakti Sharma, 2003 May 14, Hindustan Times), presentó un terrible ejemplo de las muchas otras formas de abuso y explotación sexual a los que se enfrenta la infancia con discapacidades en muchos países.

La situación actual se ve mal, pero no sin esperanzas. Hay progresos prometedores. A pesar que las organizaciones de derechos humanos parece que continúan haciendo el quite a los problemas que afectan sola o mayormente a los niños con discapacidades, otras se han comprometido a esfuerzos en esta área. Debido a que las actitudes negativas hacia la población con discapacidades, su aislamiento y las desigualdades contribuyen al riesgo de abuso, los intercesores de los derechos de la discapacidad y el movimiento hacia la completa inclusión, también han ayudado a controlar la ocurrencia de violencia contra la infancia con discapacidades.

Mucho hay por hacer y cada uno de quienes estamos comprometidos contra la violencia contra la población con discapacidades puede contribuir. La beneficencia hacia la infancia, los derechos humanos y los grupos de la discapacidad necesitan lograr la unidad. Lo importante es hacer contactos entre estos grupos y que ellos se mantengan. A veces, las agencias que apoyan a la infancia y las familias en países en desarrollo se les debe recordar que hay niños con discapacidades que necesitan asistencia y que, si esos niños no la reciben, tampoco se les asiste, algo que no puede ocurrir.

Finalmente, necesitamos continuar con los esfuerzos hacia la inclusión, la autosuficiencia y a cambiar las actitudes. Las actitudes negativas son factores claves en el abuso a la infancia con discapacidades. Cuando, en el mundo, la gente aprecie a la infancia con discapacidades con actitudes más positivas, se tratará a estos niños con respeto y no con violencia.

Dick Sobsey, Director, JP Das Developmental Disabilities Centre (Centro de Discapacidades del Desarrollo JP Das), University of Alberta
6-123 Education North Edmonton, Alberta T6G 2G5 Canada, T: (780) 492-3755, F:(780) 492-1318, dick.sobsey@ualberta.ca.